El pasado 22 de noviembre, Asociación Caminos participó en la I Jornada Nacional del Agua organizada por el Grupo Libertad Digital y que tuvo lugar en el Instituto de la Ingeniería de España.
En el evento se debatió sobre la gestión del agua, recurso vital para la humanidad, que es también uno de los mayores desafíos del siglo XXI. Este recurso, clave para la historia y el progreso, requiere una gestión basada en la ciencia y no en intereses ideológicos.
En este contexto, la I Jornada Nacional del Agua, se presentó como un espacio para «descontaminar» el debate hídrico y reunió a expertos comprometidos con devolver el protagonismo a la ciencia y la técnica en la gestión del agua. Según los regantes, «el principal contaminador del agua es la ideología», una afirmación que subraya cómo las decisiones políticas afectan la sostenibilidad del recurso.
Bajo el liderazgo de Mª Cruz Díaz Álvarez, presidenta del Instituto de Ingeniería de España, la jornada promovió un enfoque riguroso y técnico para abordar los desafíos hídricos. Este enfoque busca superar disputas ideológicas y fomentar soluciones basadas en datos y colaboración interdisciplinar.
El presidente de Asociación Caminos, José Trigueros fue en encargado de cerrar el evento. De su intervención destacamos que la gestión del agua en España está en un punto crítico. A pesar de que el país ha desarrollado una de las infraestructuras hídricas más avanzadas del mundo, el sistema enfrenta retos que amenazan su sostenibilidad y capacidad de atender las demandas actuales y futuras. Este es un llamado a la acción: necesitamos un Pacto Nacional del Agua, basado en criterios técnicos, sostenibilidad y una visión integral que una los intereses ambientales, sociales y económicos.
Falta de gobernanza y la fragmentación de competencias
La gobernanza del agua en España se ha debilitado con el tiempo. Las confederaciones hidrográficas, antaño pilares de la gestión del recurso hídrico, han perdido su estatus de direcciones generales para convertirse en subdirecciones. Esto ha reducido su capacidad de acción y ha favorecido una gestión fragmentada, alejada de los criterios técnicos que deberían prevalecer. En lugar de ser lideradas por expertos, muchas decisiones recaen en asesores políticos sin experiencia en hidrología.
De las nueve confederaciones hidrográficas principales del país, solo cuatro cuentan con Ingenieros de Caminos en roles clave de toma de decisiones. Esto es un síntoma preocupante de cómo la falta de criterio técnico mina la eficacia de nuestras políticas hídricas.
La importancia de la planificación técnica
La planificación hidrológica en España necesita recuperar el rumbo. Planes históricos como el Plan Hidrológico Nacional de Josep Borrell son un ejemplo de cómo la visión técnica puede marcar una diferencia. Este tipo de planes tenían en cuenta el equilibrio entre las necesidades humanas y el respeto por el medio ambiente pero, lamentablemente, fueron relegados por intereses políticos y falta de continuidad.
Es imperativo devolver a los técnicos el control de la planificación. Solo así podremos garantizar soluciones eficaces y sostenibles que afronten retos como el cambio climático, la escasez de agua y el aumento de la demanda hídrica en zonas urbanas y rurales.
Sostenibilidad: un equilibrio imprescindible
Cuando hablamos de sostenibilidad, debemos recordar que esta tiene tres pilares: ambiental, social y económico. En muchas ocasiones, las políticas hídricas priorizan uno de estos aspectos en detrimento de los otros. Esto es un error. La sostenibilidad no es un lujo, es una necesidad. Si uno de estos pilares falla, todo el sistema se tambalea.
Infraestructuras que sostienen a España
Las presas han sido históricamente una pieza clave para el desarrollo del país. Gracias a ellas, España ha pasado de poder sostener a 10 millones de habitantes a abastecer a más de 50 millones. Sin embargo, hay quienes proponen desmantelar algunas de estas infraestructuras, como la presa de Los Toranes, sin considerar su importancia estratégica.
La necesidad de un Pacto Nacional del Agua
La solución a los retos hídricos de España pasa por un gran acuerdo nacional. Un Pacto del Agua que trascienda colores políticos y se base en criterios objetivos y técnicos. Este pacto debe:
Fomentar la interconexión de cuencas hidrográficas, siempre respetando los caudales ecológicos.
Garantizar que las decisiones recaigan en expertos y no en políticos o asesores sin experiencia.
Priorizar la sostenibilidad, asegurando un equilibrio entre las necesidades ambientales, sociales y económicas.
Recuperar planes hidrológicos históricos y actualizarlos para enfrentar los retos del siglo XXI.
Reflexión final
El agua es un recurso vital que no podemos dar por sentado. España tiene las herramientas, el conocimiento y la infraestructura para liderar en gestión hídrica. Pero para ello, necesitamos voluntad política, respeto por los criterios técnicos y una visión unificada que trascienda las divisiones actuales.
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